A veces hay cosas que a uno lo inspiran. Hoy fue un día de esos. Se me ocurrió un emprendimiento comercial que no puede fallar. Y todo fue gracias a las cinco senadoras kirchneristas que impulsan una ley para que las prisiones preventivas que dicte un juez se anulen. La anulación procedería si los medios de comunicación publican información que afecte la percepción social sobre la inocencia de las personas investigadas por corrupción. Obviamente, las autoras tienen en mente montar un cerco protector para Cristina Fernández, pero no sólo para ella.
Ponéle por ejemplo a Julio De Vido, al que le dictaron prisión preventiva en varias causas, y que está cumpliendo en la comodidad de su casa. Si la ley se aprueba, De Vido podría ir al juez con los informes que Clarín y La Nación publicaron sobre él y pedir la libertad.
¿Como sería el negocio que se me ocurrió? Simple: me asocio con algunos amigos periodistas y nos ponemos una editorial, una revistita. Entonces, suponete que un exfuncionario empieza a ser investigado y teme que le dicten la prisión preventiva. Ahí entramos nosotros. Firmamos un contrato con el investigado y empezamos a publicar cualquier cosa para llenarlo de sospechas y afectar la percepción que la sociedad tiene de él. Luego, si el Juez le dicta la prisión preventiva, el tipo le pasa al tribunal los links de las publicaciones que nosotros hicimos y el juez le tiene que levantar la prisión preventiva.
Como ven, ganamos todos. Ya tengo el nombre de la editorial y todo: Editorial Yo te acuso SA.
Es un negocio redondo, gracias a estas cinco senadoras que son como una especie de guardia pretoriana de Cristina. Dos de ellas fueron sus damas de compañía en el último viaje de Cristina a Cuba. Otra, la senadora santacruceña de El Calafate Ana María Ianni, es la que dijo en noviembre que había visto la figura de Néstor Kirchner en un témpano. Algo así como el pajarito de Chávez con el que habló Maduro, pero más frío.
Sin embargo, lamentablemente, en este país te destruyen el espíritu emprendedor. Primero, el kirchnerismo extraoficialmente ya salió a calificar a esta idea como absurda y a decir que no la va a impulsar. Dan a entender que esto fue algo así como un exabrupto de legisladoras más cristinistas que Cristina.
Y hasta Graciana Peñafort, la abogada de Boudou, sostuvo que el proyecto es “súper defectuoso” y “carece de razonamiento jurídico correcto”.
Raro, porque a una de las autoras, la chaqueña María Inés Pilatti Vergara, el propio kirchnerismo la colocó como su representante nada menos que en un espacio jurídico crucial como el Consejo de la Magistratura. Capaz que para ponerla allí Cristina Fernández se fijó mucho más en su fidelidad política que en sus méritos jurídicos.
