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Alberto canta pri

La pandemia se juega tanto en los hospitales como en el relato. Por eso hoy el presidente se apresuró preguntar: “¿Al final quién tenía razón?”.

18/05/2021 | 12:18

“¿Al final quién tenía razón?”. Era obvio que Alberto Fernández se iba a apurar a hacer esa pregunta. Debe haber estado ansioso por realizarla. Y esta mañana se dio el gusto. Es el “¿viste? Yo te dije” de la pandemia.

Tal vez, la pregunta más importante de la campaña electoral.

El enfrentamiento se inició hace un mes. El gobierno K le quiso imponer a Rodríguez Larreta en Capital Federal el mismo confinamiento que Axel Kicillof quería disponer en el conurbano bonaerense. Que fuera para todos iguales, para que Larreta no pudiera hacer doblete: tener los mismos o mejores indicadores que el conurbano y encima sin caer en la paranoia de cierre total de Kicillof ante un país sin vacunas.

Desde entonces la pandemia se juega tanto en los hospitales como en el relato. No es sólo importante cómo evolucionan los contagios, sino cómo la narrativa de la pandemia.

Para todos los jugadores es difícil. El kirchnerismo pone en riesgo que sigamos viendo su vocación por la clausura, la prohibición, el paraíso de los empleados públicos que siguen cobrando mientras miran Netflix, indiferente a la quiebra masiva de los negocios y a la miseria del desempleo en negro. Y apuesta a ratificar su autopercepción de “campeones de la vida”.

Puso todo el peso del Estado a su favor. Sus militantes a sueldo incluso forzaron “papers del Conicet” para “demostrar” el acierto de cerrar escuelas escritos con más fervor partidario que método científico. En la guerra electoral la primera víctima es la ciencia.

Para los opositores o los no alineados, sensibles al electorado antiK, también es difícil. Ellos son los auspiciantes de la apertura. Su objetivo es ser los custodios de ese lema según el cual la salud y la economía no son contradictorios. Tienen que convencer al electorado de que no es necesario matar la vida económica, educativa y social para controlar la pandemia. No es sólo Rodríguez Larreta. Son también casi todos los gobiernos provinciales en donde la población no vive del acomodo del Estado y tiene que trabajar de verdad para que no la coman los piojos y para mantener la eterna cuarentena de todos los demás. El crecimiento de contagios de las últimas semanas hace tambalear esa apuesta y esa convicción.

Está en juego quién eligió moverse mejor ante la pandemia. Alberto Fernández acaba de reclamar el premio. Cantó pri, como decían los chicos hace un tiempo. “Flama”, dicen ahora. O “te cabe”. Suena un poco mezquino. Pero así son las cosas.

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