Una bomba de profundidad acaba de estallar dentro del radicalismo a nivel nacional: el bloque de diputados nacionales se partió en dos. Un sector mayoritario seguirá liderado por Mario Negri. Un sector minoritario, liderado por Martín Lousteau, armará un bloque aparte presidido por otro cordobés: Rodrigo De Loredo, flamante ganador de las elecciones a diputado en Córdoba.
Pero el hecho de que los dos bloques estén liderados por dos cordobeses implica que otra bomba de similares kilotones estalló dentro del radicalismo cordobés.
En el Deloredismo -¿se dirá así?- dicen que la culpa es de Mario Negri. Si perdió en las Paso, entonces perdió la legitimidad política para presidir el bloque. Además invocan una supuesta razón generacional. Y lo acusan de un pecado futuro: Negri y Mestre han ratificado una alianza (que se ve en el Foro de Intendentes y se verá en los cargos en el Ersep) y, según los deloderistas, van a aliarse para conspirar en contra de que Juez y De Loredo ganen la gobernación y/o la intendencia de Córdoba en 2023. Hay que desbarrancarlos ahora.
En el negrismo las cosas se ven muy distintas. Para ellos, De Loredo es un peón del radicalismo porteño, donde el eterno monje negro Enrique Coti Nosiglia, junto al empresario del juego Daniel Angelici mueven los piolines de Martín Lousteau para negociar política y negocios.
Según ellos, el radicalismo porteño quiere que Lousteu sea el próximo jefe de la Ciudad de Buenos Aires. Para conseguir el visto bueno de Rodríguez Larreta le ofrecen debilitar al radicalismo para que la UCR no obstaculice la cantidatura presidencial de Larreta.
Los negristas también le ponen comillas a una “coincidencia”: el proyecto que entró a la Legislatura de Córdoba para habilitar el juego online fue impulsado por el jefe de la bancada de Juntos, Jorge Arduh, alguien que responde al sector de De Loredo. ¿Será esa la primera recompensa para Angelici por la victoria de De Loredo, como sugieren los negristas?
Y marcan, con malicia, otras sospechas. Dicen que Luis Juez y De Loredo fueron a las internas de Juntos diciendo que eran “la versión más fuerte de Cambiemos”, aludiendo a sus posiciones respecto de Cristina Fernández. Pero ya fueron al archivo para recordar que Lousteu fue uno de los pocos senadores que no votó en contra de la designación del abogado de Cristina Roberto Boico nada menos que como juez federal de casación penal en Comodoro Py, es decir, el tribunal por donde pasarán en algún momento las causas de Cristina. ¿De Loredo piensa defender así la independencia judicial?, dicen, envenenados.
Si el Frente de Todos, al borde de la esquizofrenia, festejó su derrota como si hubiera sido un triunfo, lo de la UCR es parecido pero al revés: aunque ganaron, parecen un ejército que huye en desbandada cuando lo derrotan. Alguien tiene que avisarles que están huyendo de la victoria.