Esta vez vamos a buscarle la quinta para al gato para encender, pese a todo, una lucecita en la puerta del fin de semana. Terminamos una de esas semanas bravas, con la disparada de la segunda ola, con muchas tensiones políticas y con pésimos presagios sobre la inflación y la economía.
Pero vamos a ponernos tercos y ver un vaso medio lleno.
Primero, tuvimos las noticias refrescantes de Israel: adiós al barbijo, chau restricciones, aulas a full y la más importante. Ayer por primera vez en 10 meses Israel no tuvo ni un solo muerto por Covid.
No es sólo alegrarse de que les vaya bien a los israelíes. Israel es el primero que llega a la meta. Pero ya hay 62 países con más de 25% de la población vacunada. Y eso es muy bueno para todos los demás: cada vez habrá más vacunas disponibles para los otros países.
La aceleración de la vacunación es inevitable porque, por el otro lado, son cada vez más los laboratorios produciendo cada vez más. Como todo proceso, no para de mejorar.
No sólo eso. Un país vecino, muy afectado, como Brasil, los nuevos contagios diarios empezaron a caer desde el 25 de marzo. Y las muertes desde hace dos semanas. En Chile las muertes se aplacaron desde el fin de marzo. Y los casos nuevos desde hace 10 días. Uruguay también muestra una estabilización.
Y en Argentina, en los dos distritos más afectados, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires, de los dos lados de la grieta, los dos ministros de esos distritos, Fernán Quirós y Daniel Gollán, dijeron, con un día de diferencia, que las curvas de contagios dejaron de crecer, o que se están desacelerando.
Es poquito, pero no está mal aferrarse a una esperanza. Siempre que no la usemos para descuidarnos. Ya sabés. Usá el barbijo, lavate las manos, guardá la distancia, no vayas a fiestas clandestinas ni te amontones con familiares y amigos. Quién te dice, en una de esas la semana que viene es mejor que esta.
