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Cadena 3

La quinta pata del gato

Una vacuna para hacer cordobesismo sin pelearse

Legalmente, Córdoba puede comprar dosis. No es tan caro. Pero es difícil conseguirlas. Difícil que a la Nación le guste: la vacunación también es para hacer campaña.

01/02/2021 | 12:17

Lo más llamativo que dejó Juan Schiaretti al abrir el período legislativo es, tal vez, el anuncio de que “apenas pueda” la Provincia comprará por sí misma las vacunas necesarias para garantizar la inmunidad al 70% de los cordobeses.

El anuncio no es nuevo. A mediados de noviembre el ministro de salud, Diego Carodozo, ya hablaba de comprar un millón de dosis. Tampoco es la única provincia. El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, habló de hacer algo parecido.

El dinero no es tanto. Por cada millón de cordobeses que se quiera inocular con dos dosis de Sputnik, hacen falta unos 20 millones de dólares.

Legalmente, es posible. Es lo que dice por ejemplo el exministro de Salud de la Nación Adolfo Rubinstein. Pero el mismo especialista advierte que, con la escasez de vacunas en el mundo y los distintos países peléandose por cada ampolla, es difícil para los estados subnacionales y los particulares ir a comprar hoy. 

Un obstáculo podría ser la vocación centralizadora que tiene el gobierno nacional en todas las áreas. Menos cuando la campaña de vacunación ya ha sido elegida por la Nación como el vector principal a través del cual hará campaña electoral. Con La Cámpora al frente, el objetivo es que cada votante le agradezca la vacuna al Frente de Todos. Eso ya está clarísimo. Difícil que la Nación quiera compartir ese cartel.

Para Schiaretti, el anuncio formal de que la Provincia va a comprar vacunas, también tiene un costado político y electoral. El gobernador tiene que apelar al 70% de los votantes que conforman el Partido Cordobés, el cordobesismo. Para eso, debe diferenciarse del gobierno K de Alberto y Cristina. Pero no puede pelearse, porque esta vez la Nación no se ha ensañado tanto con Córdoba y porque el margen de autonomía financiera de la Provincia para aguantar ninguna pelea irracional que nadie quiere.

Así que Schiaretti necesita hacer cordobesismo sin pelearse. Una de esas maneras es exaltar el “modelo cordobés”. Pequeños conceptos desparramados aquí y allá en todo su discurso. En Córdoba se hacen obras y se seguirán haciendo. Se previene la pandemia pero no se asesina a la economía. Se gobierna con consenso. Se agradece al agro. Se invierte en infraestructura productiva. No se espantan inversiones del conocimiento. Se abren las escuelas. Se dialoga con universidades, empresas y sindicatos. “Córdoba no para”, dice Schiaretti. Y, si la ineptitud de la Nación nos lleva a un vacío de vacunas, Córdoba las va a comprar por sí misma. Para eso no entramos en default -desoyendo órdenes de la Nación- y las cuentas fiscales no se descalabraron del todo pese a la pandemia. 

Lo más probable es que las vacunas no hagan falta, o que no suceda a gran escala. Pero por las dudas se anuncia. Con los mejores modales, por cierto. Como le gusta al cordobesismo más cauteloso.

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