La creatividad del gobierno de Alberto Fernández para seguir fracasando con la inflación no tiene límite. Siempre encuentran el lugar para crear una nueva oficina en donde acomodar gente para que se dediquen a hacer tareas que no conducen a ninguna parte.
La última es la creación de un observatorio de precios, que va a funcionar en la Secretaría de Comercio Interior, la misma que tanto éxito está teniendo con los precios máximos, los precios cuidados y las multas por desabastecimiento y que se tradujo en el 4,8% de inflación de marzo. Un verdadero golazo.
En realidad, el organismo se había creado en 2015 pero la puesta en marcha les quedó en carpeta por el cambio de gobierno. Ahora, de nuevo en el poder, le van a dar masa. No está claro qué tiene que hacer. La resolución publicada ayer dice que va a monitorear, relevar y sistematizar precios y disponibilidad de insumos, bienes y servicios. Es el sueño húmedo de un burócrata soviético hecho realidad.
Va a estar bajo las órdenes de la Jefa de Gabinete de la Secretaría de Comercio Interior. Sí: no sólo el presidente, no sólo los ministros, los secretarios también tienen gabinetes y jefes de gabinete.
Es raro que necesitemos un observatorio de precios cuando ya tenemos el Indec y cuando las empresas han sido intimadas para brindar esos y muchísimos más datos reservados a los burócratas que vaya a saber qué hacen con todos esos datos.
Pero quienes somos nosotros para discutir. Se supone que los creadores de tantos golazos contra la inflación, desde los camioncitos de Pescados para Todos hasta la intervención del Indec para domar los precios, saben lo que hacen y, esta vez sí, van a triunfar con todas estas cosas extravagantes que ningún otro país el mundo hace.
Lo que sí nos animamos a recomendar es un cambio de nombre. En lugar de Observatorio de Precios le podríamos poner Avistaje de Precios, dado que los valores están empezando a volar más alto que los pájaros. De paso, quién te dice, cuando afloje la pandemia, el dólar se vaya otra vez por las nubes y la Argentina sea más barata que nunca jamás para los turistas extranjeros por ahí podemos ofrecerles un tentador combo de avistaje de aves y de precios. La de aves, una actividad bien serena; el avistaje de precios, un deporte extremo. Y todo por los mismos dos pesos.
