Todos esperábamos que, en algún momento, Alberto Fernández echara a Victoria Donda de la intervención del Inadi, el Instituto contra la Discriminación.
No hay nada que discutir. Por sus propias declaraciones públicas supimos que Donda les ofreció a su empleada doméstica -e incluso dio a entender que también le ofreció a su hermana- un cargo en el Inadi y/o un plan social y/o una jubilación y/o un curro como promotora contra la discriminación. Y que le hizo esa oferta para compensarla a cambio de que renunciara como su empleada.
Por esta falta total de escrúpulos que la lleva a Donda a considerar que los recursos del Estado son de quien ocupa sus cargos jerárquicos Donda está siendo investigada por malversación y administración fraudulenta.
Hay otra cosa que no va a ser castigada: Donda también puso en evidencia cómo y para qué se reparten empleos, subsidios, jubilaciones y curros de un Estado que hace décadas está quebrado e impone su montaña de impuestos, deudas e inflaciones sobre los idiotas que trabajan en serio.
El caso recuerda al de Jorge Triaca, el ministro de Mauricio Macri que tenía una empleada en negro y para ahorrarse unos mangos la colocó a sueldo en un sindicato que estaba intervenido por su propio ministerio, justamente por razones de corrupción. Pasaron 9 vergonzosos meses antes de que Triaca fuera echado del Ministerio.
Es obvio que el presidente tenía que echar a Donda. En cambio eligió defenderla con los argumentos pobres y mal elaborados que suele usar Fernández. Dijo que no estaba “en la naturaleza (de Donda) sacarle ventaja al Estado”. Pero si era justamente eso lo que la propia Donda describía.
Ahora, el presidente le acaba de dar una vuelta de tuerca al asunto. Acaba de firmar un decreto en el que prolonga por seis meses la intervención del Inadi y, al mismo tiempo, la designación de Tonda. Es decir, la designa por segunda vez. No sólo no la echa. La nombra de nuevo. Fin de la historia. Todos ustedes, idiotas, circulen, vuelvan a sus trabajos y a pagar impuestos, no molesten, que Donda está ocupada revoleando dinero público.
