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Los salarios en dólares, el corte de pelo y los celulares

Con la globalización, cada vez competimos más, como consumidores, con los consumidores del resto del mundo.

19/10/2021 | 17:40

El salario en dólares en Argentina llegó a un mínimo de 332 dólares en octubre del año pasado, la marca más débil desde fines de 2003, tras la eclosión de la convertibilidad.

Según un informe del especialista Rubén Ramallo, gracias a las paritarias y el dólar pisado del ministro Martín Guzmán, hoy ese nivel está en 552 dólares, lo que sigue estando muy por debajo de cualquier nivel desde aquellos años.

Las cifras son dramáticas para el consumo de los hogares. Hay quienes argumentan que el salario en dólares no tiene importancia porque “en Argentina consumimos en pesos” y no en dólares, lo que reduce mucho los costos de vida.

Es cierto en algunos casos. Un ejemplo claro: la organización NetCredit midió el precio en dólares de un corte de pelo en las capitales de casi todos los países. En Buenos Aires se consigue el corte más barato de América: 3,15 dólares (no se midió Venezuela, que debe ser mucho más barato). El más caro es en Noruega: 64 dólares.

Pero eso vale sólo para cosas que no se pueden comercial mundialmente, justamente como el corte de pelo.

Para todo lo demás, eso de que “consumimos en pesos” es cada vez menos cierto. Con la globalización, cada vez competimos más como consumidores con los consumidores del resto del mundo.

El ejemplo más obvio: para armar celulares, autos, motos, hay que importar casi todas sus partes. Y esas partes tienen precio internacional en dólares. Da lo mismo que seamos argentinos o suecos.

Un ejemplo menos obvio: la carne. Es cierto que la carne se produce localmente, pero Argentina necesita dólares (entre otras cosas para importar los celulares) así que no puede prohibir para siempre que se exporte carne. Por tanto, hay una tendencia de los precios internos a internacionalizarse. Incluso con la carne. No competimos como consumidores sólo con compatriotas, sino también con los consumidores chinos.

Por lo tanto, tendencialmente, necesitamos salarios en dólares altos. Porque aislarse del mundo, vivir con lo nuestro, “consumir en pesos” son fantasías que tienen cada vez menos que ver con la realidad.

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