El interventor del Enargas acaba de asegurar que en gran parte de la provincia de córdoba, incluida la capital provincial, también se va a rebajar la tarifa del gas entre 30 y 50%.
Así se lo dijo al periodista Javier Álvarez en La Voz del Interior el interventor del Enargas, Federico Bernal.
Para darnos una idea: el último dato oficial del Enargas dice que, en abril de 2019, cuando se produjo el último aumento del gas la factura promedio del gas que se pagó en Córdoba fue de 1.220 pesos. Hoy sigue costando lo mismo. Dos kilos de carne por el gas de todo un mes.
Ahora, con una baja de 30 al 50%, esa factura debería bajar a entre 600 y 800 pesos. Pero habría que sumarle el 9% que aumentará el gas residencial en general según decidió el ministro Martín Guzmán. No hay ningún detalle pero, si es por lo anuncian los funcionarios entonces la factura del gas se reduciría entre 20 y 40%.
Según Bernal, en Córdoba la rebaja mayor será para beneficiarios de la AUH, de jubilados que cobren menos de 94 mil pesos al mes, quienes cobran el salario social complementario de los piqueteros, monotributistas que cobran menos de 70 mil pesos, quienes cobran el seguro de desempleo, los que están exentos de impuestos municipales por razones sociales y los pensionados por la guerra de Malvinas. Todos los demás pagarán 30% menos.
La decisión de regalar aún más el gas a más consumidores choca de frente con la necesidad de Guzmán de frenar el gasto público para no tener que seguir emitiendo y generando inflación. Guzmán quería subir la tarifa como mínimo 35%, pero las terminará subiendo 9% y bajándola entre 30 y 50%.
La cantidad de gente alcanzada por la nueva fiesta tarifaria no para de crecer. Al principio, la idea era extender la tarifa rebajada de la Patagonia por razones de frío al centro y sur de la provincia de Buenos Aires y a Mendoza. Para cuando Máximo Kirchner presentó el proyecto en el Congreso ya estaban incluidas zonas de San Juan, San Luis y Salta. Pero ahora ya entran 12 departamentos cordobeses y hasta Córdoba capital, que está lejos de ser una de las zonas más frías del país. Es difícil saber quién se va a quedar fuera del revoleo de subsidios que está haciendo Bernal.
La idea deja muchas preguntas. Una es cuánto le va a costar esto al Estado. El gasto público en subsidios a la energía creció 213% desde 2019. Las tarifas son cada vez más irreales, como durante el kirchnerismo, cuando se terminó importando energía porque ya nadie tenía interés en producir acá. Como si fuera un símbolo, la semana pasada hubo que importar electricidad de Brasil y Uruguay. No había gas suficiente para las usinas térmicas.
La otra pregunta es qué va a pasar cuando toda esta demagogia tarifaria se demuestre inviable. El revoleo de subsidios de Bernal parece dirigirse a cada vez más provincias y saldrá por ley. ¿Quién va a ser capaz de juntar los votos para dar de baja esta ley?
