¿Para vos 77 mil pesos es mucha o poca plata? Yo creo que es mucha. Es un poco más del salario en blanco promedio.
Bueno, ese monto, pero por cada habitante de la provincia de Córdoba, es lo que va a perder la economía de Córdoba este año por las retenciones a las exportaciones: en total son 270 mil millones de pesos que este año van a quedar en el bolsillo de la Nación directamente. Nunca van a llegar a Córdoba.
Para verlo de otro modo, es como si los casi 500 mil empleados privados en blanco que hay en la provincia tuvieran que ceder siete de los 13 salarios que cobrarán este año en impuestos a la Nación, además de todos los impuestos que ya pagan.
Esa cifra -la de 270 mil millones, calculada por el Ieral- fue la que que planteó el gobernador Juan Schiaretti ayer cuando reclamó algo muy obvio pero que ningún otro “gobernador del agro” ha planteado, como Omar Perotti, de Santa Fe, o los de provincias como San Luis, La Pampa, Entre Ríos, Santiago del Estero o Chaco.
Schiaretti pidió lo más lógico: que al menos se plantee en el tiempo una rebaja gradual de las retenciones y que, mientras tanto, eso que pierden los productores se tome como un pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias.
Imaginate: si en Argentina las cosas fueran como propone Schiaretti -que es como son en Brasil, Uruguay o Paraguay- los 270 mil millones se transformarían en inversiones, empleo y consumo en todos los pueblos del interior con esa plata. Imaginate todos los impuestos que podrían cobrarse sobre ese boom económico para financiar obras y servicios como la educación o la salud. Si los productores no reinvirtieran el dinero, entonces no habría problema: tendrían que pagar un gigantesco Impuesto a las Ganancias a la Nación.
Schiaretti no es un loquito. No exige que las retenciones se eliminen ya. Sólo pide que dejen de perjudicar a las provincias agrícolas con un sistema que no es el mismo para las provincias mineras o petroleras. Apenas propone un plan, un horizonte de algunos años, al menos una promesa, de que Córdoba pueda dejar de ser la provincia más castigada de todo el país, junto a las demás provincias sojeras, por el actual esquema irracional, que subsidia el crecimiento de la pobreza en el conurbano con la plata que le roba al interior, abortando el desarrollo del país. Schiaretti no pide que nos dejen de quitar ya, ya, ya los siete sueldos anuales, sino que al menos nos empiecen a afanar solamente seis.