Con la justificación del coronavirus, Argentina entró en una peligrosa concentración de poder. Con el Congreso y la Justicia cerrados de hecho todo se ha concentrado en el Ejecutivo. Las leyes de emergencia, los DNU, los gobernadores y ahora hasta las empresas dependiendo de la megaemisión de pesos, la Presidencia concentra como nunca.
Ahora, Cristina Fernández, desde el Senado, busca otra vuelta de tuerca. Quiere que la Corte avale de antemano el funcionamiento remoto del Senado, que por la cuarentena, no puede reunirse.
¿Para qué quiere esto? Bueno, para que nadie pueda cuestionar una ley por ese motivo. Si ya previamente la Corte avaló el método, entonces no se lo podría cuestionar en Tribunales. En cambio, si la Corte aún no dijo nada alguien podría reclamar a la Justicia “che, los senadores no respetaron el procedimiento tradicional, por ende tal ley no es válida”. Y podría conseguir un amparo o algo así.
La Procuración General de la Nación ya recomendó descartar el pedido K. Dice que aún no hay un caso (el Senado aún no sesionó) y que el Congreso (por ende el Senado) es autónomo tanto del Ejecutivo como de la Corte como para dictar su propio reglamento sin pedir permiso a nadie. Después, en todo caso, como es normal, se podrá revisar o no la constitucionalidad de los actos que realice.
Eso enfureció a los K porque implica no contar con la aprobación previa.
¿Cuáles son las leyes tan delicadas que podrían quieren blindar? En principio, es el “impuesto a los ricos” del que ya se habló mucho.
Pero ahora aparecieron otras iniciativas. El kirchnerismo quiere quitarles a las empresas el ajuste por inflación para el pago de impuestos. Eso les permite pagar impuestos sobre ganancias reales, no sobre ganancias ficticias. Un ejemplo muy tosco: si hace un año compraste algo a 100 y ahora lo vendiste a 120 parece que ganaste 20, pero si considerás la inflación, perdiste. Los 120 pesos de hoy valen mucho menos que los 100 de hace un año.
Bueno, quieren eliminar el ajuste por inflación para cobrar impuestos incluso sobre los 20 pesos, aunque en verdad hayas perdido plata.
O sea que, en medio de la catástrofe económica, mientras todos los demás países bajan impuestos, en este caso quieren subir la presión impositiva.
Y podría haber más leyes que no se pueden sacar por DNU y que no quieren que nadie trabe en la Justicia. La más importante, es modificar la ley del Banco Central, porque el banco central ya imprimió casi todos los billetes que le permite la ley. Y el gobierno ya sabe que va a tener que emitir mucho más.
El proceso para concentrar poder no descansa ni un instante.
