Luego de su visita guiada a Formosa el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, dejó clara la poca onda que le puso a su misión, destinada a constatar si el gobierno formoseño viola o no derechos humanos al encerrar contra su voluntad a miles de ciudadanos a raíz de la pandemia,
Pietragalla dijo que es“chiste” plantear que en Formosa se hayan violado derechos humanos. Por ejemplo, dijo que no hay centros clandestinos de detención porque “todo el mundo conoce” dónde están esos centros.
La verdad, el que es un chiste es el propio Pietragalla. Parece que no sabe de lo que habla.
Que no haya centros clandestinos no implica que no se violen derechos humanos. De hecho, lo que parece haber en Formosa son detenciones extrajudiciales. Hay gente que denuncia haber sido llevada por la fuerza a esos centros. Luego de varios días de encierro, muchos de los 3.000 formoseños que están allí quieren irse, pero no los dejan. Y todo eso sin orden judicial. A menos que en Formosa ya rijan estatutos parecidos a los de la dictadura por los que juró Raúl Zaffaroni como juez, estas detenciones a disposición del poder ejecutivo no parecen muy constitucionales.
Tampoco es relevante que “todo el mundo” sepa dónde están los centros. La Perla hubiera sido igual un campo de torturas, aunque todo el mundo hubiera sabido lo que allí pasaba.
Otro ejemplo de la liviandad de Pietragalla. Dijo que no hay desaparecidos en Formosa. Es cierto, no hay nietos secuestrados como en la Esma. Pero en el paraíso de Gildo Insfrán hubo padres que durante semanas no supieron dónde estaba su bebé recién nacido.
En la conferencia Pietragalla también dijo que “no hay violación sistemática de derechos humanos” en Formosa, dando la impresión de que, para Pietragalla, la violación de derechos humanos sólo puede ser sistemática, sólo porque eso le resuena de tanto escucharla a Bonafini y no porque signifique algo. Es como si, de tanto ver Netflix, pensáramos que sólo puede haber asesinos si son asesinos seriales, o cosas así.
Con todo esto, uno puede concluir: el chiste no son las denuncias, Pietragalla. El chiste eres tú. Y ya es hora de que dejes de ser Secretario de Derechos Humanos de Militantes de Izquierda Detenidos en los 70 en Buenos Aires y asumas como Secretario de Derechos Humanos de la Nación, que para eso te pagamos.
