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Cadena 3

Seguimos encerrados

Hay algo peor que destruir la economía: destruirla al cuete

La cuarentena total y prematura no fue una mala elección en términos sanitarios. Y es el capital político que Fernández va a cuidar.

08/04/2020 | 16:16

Alberto Fernández está tironeado entre quienes quieren estirar la cuarentena para evitar un colapso de los hospitales, y quienes quieren que se flexiblice para evitar un colapso de la economía. Y ha optado por los primeros. Estamos en el día 20 de la cuarentena y ya sabemos que se va a estirar, con excepciones a cuentagotas, hasta el 23 de abril. Es decir, va a durar 35 días, 7 más que los dos ciclos de 14 días que recomiendan muchos epidemiólogos.

¿Por qué optó por esta alternativa el Presidente?

Bueno, Fernández quiere asegurar el bochazo. Y es lógico. Hasta ahora, la sociedad piensa que el Presidente acertó al ordenar el cierre y el confinamiento casi total, mucho más amplio y temprano que el de la mayoría de los demás países. Y hay datos objetivos que muestran que no fue una mala elección desde el punto de vista sanitario: la curva de casos y muertes en la Argentina parece aplanada en comparación a otros países. Ahí está el caso de Gran Bretaña, que juegueteó con la idea de no hacer nada y ahora tiene más muertos diarios que España y a su joven primer ministro en terapia intensiva.

En la tabla sanitaria del campeonato en que compiten todos los gobiernos europeos y americanos, el de Fernández es uno de los punteros. Fue de los que tuvo los mejores resultados hasta ahora.

¿Que el golpe a la economía va a ser tremendo? No cabe duda. Pero hay un detalle clave: la mayor parte de ese daño ya está hecho. No vemos aún todas sus consecuencias, pero ya el daño ya está.

Probablemente, cuando todo termine, en la tabla económica del campeonato mundial, Argentina finalice cómoda entre los últimos. Y tal vez Fernández pague entonces un enorme costo político.

Pero hay una alternativa peor. Que flexiblicemos la cuarentena ahora y que, junto al colapso de la economía que ya está concretado, abramos la puerta, encima, a un colapso hospitalario y a miles de muertes.

Sería lo peor. En el campeonato mundial Argentina se iría al descenso, tanto en lo sanitario como en lo económico. Es por este riesgo que Fernández se aferró a los que le recomiendan no cambiar el caballo en medio del río.

Así, como está, es probable que Argentina y Fernández terminen en la mitad de la tabla mundial. Y para un país que arrancó este torneo ya de por sí con una crisis profunda, no va a estar tan mal.

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