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Cadena 3

Un riesgo menos

El acuerdo seduce más a los opositores que a los propios

Los exministros de Macri hicieron cola para aplaudir. Igual que opositores de todo color. En el mundo K hay más silencio. ¿Será por las 5 reglas que se vienen?

05/08/2020 | 14:20

Es llamativo. El acuerdo que logró Alberto Fernández con los bonistas para evitar el default total de la Argentina y los juicios de los fondos buitres ha sido hasta ahora más celebrado por la oposición y los sectores empresarios que por algunos de los propios socios del Presidente en la alianza de gobierno.

Por ejemplo, hasta esta mediamañana Cristina Fernández no había sacado ni un tuit, y eso que Martín Guzmán le fue reportando cada paso que daba. En cambio, desde París, el expresidente Mauricio Macri saludó el acuerdo diciendo que al fin se había alcanzado.

El gobernador Axel Kicillof, Máximo Kirchner y jefes de La Cámpora como el ministro del Interior, Wado de Pedro, fueron muy moderados. Apenas un tuit diciendo que el acuerdo es sustentable y linkeando un documento del ministro Guzmán.

Mucho más enfáticos fueron los exministros de Economía y expresidentes del Banco Central de Cambiemos Hernán Lacunza, Guido Sandleris, Luis Caputo o Nicolás Dujovne. Y los políticos de otros partidos, ni hablar: desde José Luis Espert hasta Roberto Lavagna, pasando por Esteban Bullrich, Miguel Ángel Pichetto, Alfredo Cornejo, Mario Negri, Gerardo Morales, todos ellos y muchos más consideraron el acuerdo como un avance importante.

En cambio hay silencio en sectores muy kirchneristas y que incluso integran el gobierno, como el Movimiento Evita, la CTA o los piqueteros. Desde los actores K hasta los empleados del Conicet que siempre vitorean las políticas kirchneristas, en general no se han manifestado.

Tal vez ese silencio obdezca a que, una vez arreglada la deuda, el Presidente volvió a desechar la necesidad de un plan, pero precisó lo que llamó “reglas” a seguir, que son objetivos: dijo que todo lo que se haga tiene que apuntar desendeudar, acumular reservas, tener un dólar competitivo, equilibrio fiscal y superávit comercial.

El sentido común indica que para conseguir todo eso el Estado, del que viven muchos de esos sectores, va a tener que entrar el algún tipo de ajuste, a menos que Guzmán y Fernández tengan algún masterplan muy original.

Y en una de esas el ala más progre de la alianza de gobierno ya está contando los porotos para ver si le conviene o no bancar los costos políticos que se vienen.

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