Uruguay quiere ser el country de Argentina. Nosotros a la clase media más o menos pudiente ya la fuimos corriendo del interior sin infraestructura a las ciudades, de los centros y barrios de las ciudades decadentes, caóticas y sucias a los countries y ahora ¿los vamos a expulsar a un país vecino?
¿Qué hizo Uruguay? Ayer, lo venía anunciando, el presidente Lacalle Pou firmó un decreto que flexibiliza los requisitos para ser ciudadano o para tener allí la residencia, lo que incluye la residencia fiscal. Antes para eso tenías que hacer una inversión inmobiliaria de dos millones de dólares y ahora ese requisito bajó a 377 mil dólares. Y será suficiente vivir 60 días al año allí para que te den la residencia. Es claramente una invitación a que los argentinos hagan la gran Susana Giménez. Los uruguayos dicen que quieren que las familias argentinas se muden.
¿Las ventajas? Y, por empezar, si tenés bienes en otros países y vivís en Argentina, acá el Estado te exige más impuestos sobre algunos de esos bienes que Uruguay. Además, la carga impositiva es menor. El economista Damián Di Pace comparó otros impuestos. En Uruguay no hay Ingresos Brutos, Tasa de Seguridad e Higiene, Impuesto al Cheque, Impuesto País, ni mucho menos el nuevo Impuesto a las Grandes Fortunas. No hay retenciones a las exportaciones. Ganancias pega mucho menos y todo el sistema es mucho más simple.
Acá, encima está el desdoblamiento cambiario, que pecha mucho. Miren lo que le pasa a un amigo: tras vivir muchos años en Estados Unidos quiere volver a su Buenos Aires adorado. Pero si trae sus ahorros en blanco el Banco Central le va a dar 70 pesos por dólar. Entonces él evalúa comprar un departamento en Montevideo, establecerse allí, y en todo caso alquilar un departamento en Buenos Aires para estar cerca de familia y amigos.
Acá, mientras tanto, intervenimos empresas por decreto de necesidad y urgencia que violan la división de poderes y el orden federal. Y expropiamos una empresa que, encima, hará competencia desleal, destruyendo a las demás.
Expulsar a las familias que con esfuerzo, ahorro, inversión, logran sacar la nariz por arriba del agua, no parece ser un gran negocio si uno quiere ser menos pobre. Uruguay lo dice claramente: si ustedes, manga de resentidos, expulsan a los pudientes, nosotros los recibimos con los brazos abiertos en nuestro country.
