Alberto Fernández les mojó anoche la oreja a los empresarios, industriales y comerciantes argentinos de todos los sectores y tamaño. Aludía a Techint, pero decenas de miles se sintieron identificados. Los trató de miserables por eventuales despidos que deban hacer empresas, aunque sea el mismo gobierno el que les prohíbe trabajar. Y además los canchereó diciendo que no les está pidiendo que pierdan dinero. “Muchachos: les tocó la hora de ganar menos”, les dijo, como si una empresa pudiera ganar algo teniendo las persianas cerradas.
La afirmación dejó una pregunta picando que durante toda la mañana ha rebotado en las redes sociales. Si a las empresas les toca ganar menos, si muchos de los seis millones de empleados privados corren el riesgo de perder salarios por suspensiones y trabajos por despidos en razón de fuerza mayor, si los autónomos y monotributistas no pueden trabajar, ¿por qué hay un enorme sector, casi otros 6 millones de empleados públicos, incluidos todos los políticos como Fernández y los funcionarios, asesores y ñoquis que ellos están nombrando, que no están haciendo ningún esfuerzo ni afrontando ningún riesgo?
Alguien tendría que hacer alguna sugerencia. No me corresponde hacerla a mí, pero se me ocurre que, si esta es en verdad una situación de emergencia dramática, entonces todos deberíamos colaborar. Y repartir el peso de esta crisis.
Por ejemplo, una empresa privada en blanco paga en impuestos al trabajo 35 pesos por cada 100 pesos que llegan al bolsillo de su empleado.
Acá el Estado podría renunciar a esos 35 pesos mientras dure la cuarentena. Y el empleado podría reunciar a otros 35. La empresa que está cerrada, entonces, sólo pagaría 65 pesos en lugar de 135.
Y en el Estado debería suceder lo mismo. Sus empleados (excepto los que están en la Salud en la primera línea de riesgo, los policías y otros) también podrían cobrar un 35% menos. Y, con ese ahorro el Estado podría auxiliar a todos los profesionales liberales, autónomos y monotributistas a los que, hasta ahora, no les ha tirado ni un hueso.
Tiene razón el Presidente. Si tenés suerte de estar cobrando algo, tenés que estar dispuesto a colaborar. Pero eso debe valer para todos. Si no, en Argentina, los que colaboran son los mismos tontos de siempre. Mientras otros son sólo solidarios de balcón, gente a la que la cuarentena le ofrece la enorme oportunidad de levantarse a las 11 y sentirse un patriota.
