Hasta ahora, gobernadores e intendentes hablaron de bajar salarios públicos sólo para las plantas políticas. Incluso Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados y siempre atento a las encuestas, anunció que bajarán sueldos de los legisladores, pero nada más. La que picó en punta fue Mendoza, con un tope salarial, también limitado a los funcionarios políticos.
Todo eso es muy bonito, pero es apenas simbólico. No mueve un ápice el gasto público. Son demagogiadas que aprovechan el enojo permanente de mucha gente con “los políticos”, sin distinciones. Pero no ayuda a pagar las cuentas públicas.
Los únicos que se distinguieron hasta ahora han sido dos. Uno, el diputado del PRO por San Luis Alejandro Cacace, que propone un recorte, por ejemplo del 10%, a todos los salarios altos de todos los poderes y niveles del Estado.
El otro ha sido Juan Schiaretti. Mandó a sus funcionarios a adelantar que ahora se pagarán normalmente los sueldos de marzo de los estatales cordobeses. Pero que en abril casi seguro habrá recortes de hasta 30%. A mayor sueldo, mayor recorte, sería la regla. Y será para muchos. No sólo para la planta política.
Algunos especulan con que la movida puede ser política. La sociedad cordobesa es de las más sensibles al dispendio estatal y al ajustazo que está sufriendo el sector privado. Por eso fue el lugar del interior donde más se escuchó el cacerolazo. Y Schiaretti lo escuchó.
Pero hay otros factores. Y el más importante es la caja. Como las empresas, las provincias también “facturan” menos con la pandemia.
Hay estimaciones extraoficiales que dan escalofríos: en abril la recaudación de provincias como Córdoba podrían caer 20%… en términos nominales. Hasta ahora venía cayendo en términos reales. La recaudación subía menos que la inflación pero subía. Bastaba no aumentar salarios para que te quedara una diferencia favor. Pero ahora la recaudación se va achicar en serio. Si habías recaudado 100 pesos en marzo, en abril podrías recaudar 80 pesos.
Y las provincias, en general, apenas pueden pagar los sueldos de marzo. Casi todo lo demás se pagó con aumento de deuda flotante, encima en un momento en que suben los gastos no salariales en Salud y Seguridad.
O sea que en marzo provincias y municipios afrontan la posibilidad cierta de no poder pagar los salarios públicos.
A menos que Alberto Fernández deje de imprimir billetes sólo para él y Axel Kicillof para aplacar al conurbano bonaerense, y empiecen a lanzar fardos de billetes sobre el interior también, la cosa se va a poner espesa.
Es un escenario que no se ve desde el 2001. Y Schiaretti es el primero en avisar.
