Sorprendió el voto de algunos diputados por Córdoba en el llamado “impuesto a los ricos”. No sorprenden los kirchneristas, que votaron a favor, ni los radicales, macristas y cívicos de Juntos por el Cambio, que son opositores y lo rechazaron. Los que llamaron la atención fueron los diputados schiarettistas: tanto federalismo para aprobar un impuesto que agravará la pérdida neta de recursos fiscales que históricamente sufre Córdoba a manos del resto del país. En efecto, los diputados Paulo Cassinerio, Carlos Gutiérrez y Claudia Márquez fueron y pusieron dócilmente la cabeza en la guillotina en nombre de todos nosotros. Alejandra Vigo, la esposa de Schiaretti, esquivó el maltrago con una conveniente ausencia.
La verdad, es inexplicable, porque actuaron contra lo que debería ser la regla más básica de cualquier diputado por Córdoba: no votar ni chupado ningún tipo de impuesto nacional, sea el que sea, en principio y antes de discutir cualquier cosa.
¿Por qué digo esto? A ver si se entiende: a Córdoba la perjudica cualquier impuesto nacional, el que sea, porque tiene más economía privada que el promedio del país, más economía en blanco que el promedio del país y porque además ya le hacen pagar impuestos que otros no pagan (como las retenciones). O sea, siempre que se aumente la presión impositiva nacional, Córdoba es víctima. ¿De dónde va a salir el impuesto a la riqueza? ¿de Formosa? No, va a salir de Córdoba y un par de otras provincias donde queda algo de capital acumulado porque se trabaja y se produce riqueza.
Los diputados acaban de aprobar un impuesto que va a afectar a industriales, comerciantes y productores del agro que están en Córdoba, y no en Formosa, por seguir con el ejemplo. Un impuesto que van a pagar los ruralistas cordobeses más que nadie (por ejemplo más que los santafesinos), porque acá la tierra tiene una valuación fiscal más alta aunque en el mercado valgan menos.
Eso es desde el lado de los impuestos.
Pero, encima, a esos recursos que saldrán de Córdoba, la Nación ni siquiera los va a gastar equitativamente. La Nación los va a seguir volcando mayormente en subsidios extra a favor del conurbano y de las provincias que seguimos llamando “pobres”.
Entonces, cuanto menos presión impositiva nacional, mejor para Córdoba, más riqueza queda en la provincia. Siempre. No es tan difícil de comprender. Si sos diputado por Córdoba y te chamuyan para crear o aumentar un impuesto nacional, tu primera respuesta tiene que ser “No”. Después en todo caso hablamos. Es algo obvio a estas alturas. Pero se ve que no todos lo entienden. E incluso algunos que antes lo entendían ahora se lo olvidaron.
