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Cadena 3

Crisis sanitaria

No insultés al que invierte en salud: lo necesitamos

Es una estupidez simplona despreciar a quienes, además de sostener hospitales que no usan, aportan para agrandar la infraestructura sanitaria.

02/04/2020 | 14:21

Todavía no sabemos bien si el gobierno va a centralizar por decreto la salud privada, es decir, todo lo que se financia con prepagas privadas y obras sociales.

El tema es complicado y por eso se analiza a esta hora entre las clínicas y el gobierno. El sector privado necesita saber cómo van a cumplir con sus usuarios si el Estado toma sus camas. Y en qué condiciones financieras les van a devolver los sanatorios el día después de la pandemia.

Es como si otro servicio estatal, el de la Policía, viene y agarra un taxi para perseguir ladrones. El taxista va a querer saber cómo va a hacer él para llevar a sus clientes y poder seguir trabajando. Y va a pedir garantías de que le devuelvan el auto sin abolladuras, con las gomas en condiciones y el tanque lleno.

Sin embargo, aunque todavía nada está claro, en las redes sociales ya se palpa una nueva versión de la grieta. Hay quienes temen no contar con un servicio por el que pagaron durante años si el Estado lo ocupa. Suena a egoísmo en una emergencia. Y están los que celebran porque creen que esto es la desaparición de un privilegio. Suena a ignorancia.

¿Por qué? Por lo siguiente: aunque el Estado argentino nos aplica una de las mayores presiones impositivas del mundo, es muy ineficiente al prestar sus servicios. La educación pública no es muy buena, las calles son muy inseguras y la salud pública no alcanza para todos.

Entonces hay un porcentaje grande de argentinos que, además de pagar impuestos para sostener escuelas, policías y hospitales públicos, se pagan ellos mismos, aparte, esos servicios: escuelas privadas para sus hijos, guardias para sus hogares y prepagas y obras sociales para sus familias.

Y menos mal que lo hacen. Si no, este país estaría mucho más desinvertido de lo que está. Por ejemplo, en Salud, habría muchas menos camas de las que hay. Y las camas que hoy tienen los hospitales públicos no tendrían que repartirse sólo entre quienes no invierten en salud sino entre mucha gente más. El resultado: habría muchísimos menos camas disponibles por habitante de las que hay.

Así que este no es un tema para tomar a la ligera. En una emergencia, es necesario compartir, pero es una estupidez simplona desmoralizar, despreciar y patotear a quienes, además de sostener generosamente hospitales que no usan, ahorran y ayudan a agrandar la infraestructura sanitaria total a través de sus prepagas y obras sociales. Necesitamos más y mejor inversión en salud, no menos. Necesitamos que ellos sigan pagando los impuestos, y, además, las cuotas de las prepagas y la obra social. Así que yo trataría de no hacerlos sentir unos estúpidos y, encima, insultarlos.

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