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Jubilados: un ajuste modesto para prolongar el populismo

Es un ajuste: babea, mueve la cola y generará un ahorro de 50 mil millones al año. Pero ese monto es el mismo que exige Kicillof sólo para subsidiar la luz del conurbano. Otros ejemplos.

17/02/2020 | 12:29

Alberto Fernández acaba de decir que el aumento a los jubilados no es un ajuste. Es absurdo. Primero, él había prometido subir 20% las jubilaciones. O sea, hay un recorte de sus propias promesas. 

Además, según la consultora Ledesma, hay más de 1,6 millones de jubilados que cobrarán menos que de lo que habrían cobrado con la fórmula de movilidad macrista. El centro de estudios Cepa calcula que serán más los perjudicados: 2,7 millones. Por si quedaran dudas, Cepa estima que la Anses pagará en total 5.100 millones de pesos menos al mes de los que hubiera pagado con la anterior fórmula. O sea, es un ajuste, aunque Fernández diga lo contrario.

En el fondo, tanto el kirchnerismo como Cambiemos saben que las jubilaciones no se pueden pagar. Que no se puede pagarles a los ricos en proporción a lo que aportaron y, al mismo tiempo, pagarles a los 4 millones que jamás aportaron un peso.

Eso sí: ninguno habla del todo claro. Como Fernández ahora, que, como no se anima a llamar a las cosas por su nombre, termina haciendo un ajuste, pero mal. Primero, porque otra vez va a generar millones de juicios, gestando una deuda que ahora nadie anota, como ya hizo Cristina Fernández. Segundo, porque lo que va a ahorrar es muy poco para el descalabro fiscal argentino.

En el mejor de los casos, se habla de un ahorro de 50 mil millones de pesos en el año. Una gota. Para darse una idea: esa suma ni siquiera alcanza a compensar los subsidios que la Nación está volcando en el conurbano o los que exige el gobernador de Buenos Aires. Kicillof, por ejemplo, quiere que el resto del país vuelva a subsidiarle la energía al conurbano. Quiere 50 mil millones, es decir, lo mismo que todo el ahorro conseguido con el ajuste a los jubilados. Con la tarjeta Alimentar, sólo en el conurbano, adonde fueron a parar 7 de cada 10 tarjetas repartidas hasta ahora, se van a gastar 22 mil millones de pesos en un año, casi la mitad del ahorro previsional.

Fernández ajustó a los jubilados. Pero sin demasiado sentido. Ese ahorro no va alcanzar para transformarnos en un país viable ni para esquivar el default, sino apenas para perpetuar el clientelismo del conurbano adonde están los votantes de Cristina Fernández.

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