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Cadena 3

La gran farsa

Clausuras para frenar la inflación: nos vemos en la híper

El gobierno le echa nafta a los precios mientras hace ridiculeces que no se ven en ningún país. La meta: engañar a los más inocentes con supersticiones que ni los funcionarios creen.

09/12/2020 | 12:13

No sin orgullo, la secretaria de Comercio Interior de la Nación, Paula Español, sucesora del famoso Guillermo Moreno, publicitó este lunes clausuras que su repartición realizó en almacenes y supermercados de barrio en el conurbano bonaerense.

El caso fue explicado por los propios inspectores: un almacén en el que, de 40 productos de precios cuidados y precios máximos, 14 estaba por encima del precio. Con total normalidad, contaron los inspectores, “procedieron” a clausurar el negocio para “darle la oportunidad” al dueño de “acomodar” los precios a los topes fijados por el Gobierno.

Es alucinante, por muchas razones. Primero, porque eso se intentó muchas veces en la Argentina, empezando con el primer peronismo, y siempre fracasó como medio para contener la inflación. Y si alguna vez por un tiempo sirvió para contener precios, generó desabastecimiento. Por una razón muy sencilla: nadie produce ni vende a pérdida. Sin embargo, insistimos con lo mismo. Como dijo alguien: tenemos todo el pasado por delante.

Segundo, por el concepto falso con que el gobierno busca una y otra vez lavar la cabeza de la población. Insisten, con todo cinismo, en hacerle creer a la gente que la inflación -esto es, la suba generalizada y continua de los precios- es causada por el sector privado. La inflación, ya lo saben todos los economistas, es causada por la emisión de dinero espurio, que está en manos del Estado, y que el Estado emite para cubrir un exceso de gasto público. Puede haber ocasiones, en que por un tiempo limitado, el Estado emita dinero y no se genere inflación. Pero siempre que hay inflación hay emisión. La historia argentina es la mejor prueba de eso.

Tercero, las clausuras, llevadas al extremo, no sólo no frenarían la inflación, sino que la incentivarían. No hace falta ser economista para darse cuenta. Imaginemos que Paula Español se toma en serio lo que dice y entonces, ante la suba de precios de la carne, cierra el 90% de las carnicerías del Gran Buenos Aires. Todo el mundo debería amontonarse a comprar en el 10% restante de las carnicerías, que no darían abasto. Y obviamente los precios tenderían a aumentar mucho más, fuera en el mostrador o en un mercado negro.

Mientras tanto, sólo la semana pasada, el Banco Central emitió más de 100 mil millones de pesos para financiar su descalabro fiscal. Eso es lo que verdaderamente hace este gobierno. Le echa nafta a los precios, mientras por el otro lado hace estos aspavientos ridículos que no se ven en ningún lugar del mundo, para hacerle creer a la gente más inocente supersticiones en las que sus propios funcionarios no creen. Si las clausuras son realmente el remedio que tienen para la inflación, sólo queda decir una cosa: nos vemos en la híper.

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