El economista Gabriel Zelpo, de la consultora Seido, acaba de dar este dato impresionante: en abril, por cada 100 pesos que logró recaudar el Estado recibió le entraron otros 78 pesos sin respaldo que le mandó el Banco Central. Esos pesos truchos son el triple de todo lo que recaudó la Anses. Y más que todo lo que se recaudó en IVA y Ganancias, juntos.
Es un nivel récord de emisión para financiar el gasto. Dice Gabriel Zelpo que ni en la salida de la convertibilidad se llegó a eso. Hay que remontarse a la hiperinflación de 1990 para encontrar algo similar.
Para colmo, esa cantidad gigante de pesos se tira sobre una economía que produce muy poquitas cosas para comprar. Un rebrote de inflación parece inevitable.
Por eso son llamativas algunas cosas que dice Alberto Fernández. Por ejemplo, se enojó con las asociaciones empresarias que le pidieron flexibilizar la cuarentena.
“No puedo entenderlos”, dijo el Presidente. "Les pagamos entre todos los argentinos desde el Estado los sueldos de sus empleados”, les recriminó.
La verdad, el eje de la cuestión no es ese.
Nadie reclama que se reabra la economía a lo bruto ni por capricho. Y no es sólo una cuestión de empresas codiciosas.
Por que esos sueldos que dice Fernández dice se están pagando con pesos truchos. Y si eso sigue, de un lado de los mostradores habrá un globo de pesos que no para de inflarse; del otro, apenas un puñadito de cosas en los estantes para comprar. Y eso es un ticket directo a la inflación y a una inestabilidad que nadie quiere.
Alberto Fernández lo sabe mejor que nadie. Y por eso esta tarde va a anunciar una cuarentena más flexible. Claro que, si luego crecen los casos de epidemia, va a poder culpar “a las empresas” de haberlo presionado para decidir lo que él debe decidir.
