La otra falopa de Ishii

Conurbano profundo

La otra falopa de Ishi

27/07/2020 | 16:14 | La adicción al clientelismo que envilece a nuestra cultura, no nos mueve un pelo, ni siquiera cuando nos pega en los ojos.

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Es un escándalo. Y no es para menos. Un intendente del conurbano bonaerense admite en un video grabado a principios de junio que ha encubierto a empleados que venden “falopa” con las ambulancias del municipio. No está claro si se refiere a drogas prohibidas o a psicofármacos robados del propio sistema sanitario municipal.

Estamos hablando del intendente de José C Paz, cinco veces intendente, arquetipo de los llamados “barones” del conurbano.

Es tan grotesco escuchar a Ishi admitir que encubre la venta de falopa que no nos sorprende otra barbaridad que el intendente deja completamente expuesta. Y que también debería dejarnos pasmados. Tiene que ver con el desmanejo del aparato estatal, con el clientelismo que carcome la administración pública.

Ishi les dice a los empleados de las ambulancias que discuten con él la jornada laboral, muy suelto de cuerpo, que si quieren no trabajen, que igual van a cobrar.

“O laburás como te digo o te vas a cuidar a tu familia. ¿Qué problema tenés? Cobrás el básico y listo ¿Qué problema hay? Yo no te voy a sacar el sueldo. Te voy a pagar el básico y nada más. Para mí no hay problema”, les dice Ishi.

Pocas veces se puede asistir en directo como en este caso al obsceno reparto del presupuesto estatal, una apropiación del dinero público sin contraprestación alguna para los vecinos que pagan los impuestos. Al empleado le conviene cobrar sin trabajar. Al intendente no le importa si trabaja o no. Total la plata no es de ellos.

Es el negocio turbio eterno. El que manda usa el presupuesto para consolidar su poder. Por eso Ishi les recrimina luego a los empleados en el video que “cuando se cagan de hambre vienen a pedir laburo y yo se los doy”.

Es un pacto siniestro. El acomodado que recibe el conchabo sabe de entrada que, a partir del momento en que lo nombran, puede mezquinar el trabajo, llegar tarde, faltar, eventualmente ni siquiera ir a trabajar…, cobrar el básico y quedarse tranca en la casa, como dice Ishi. Total, desperdician plata el Estado. El mismo Estado que después “te salva”, como dicen los ideólogos y propagandistas... que también viven del Estado.

¿Y nosotros? Nosotros, nada. Lo tenemos totalmente naturalizado. La falopa de la droga nos escandaliza. La otra falopa, la adicción al clientelismo que envilece a nuestra cultura, no nos mueve un pelo, ni siquiera cuando nos pega en los ojos.