No hay plan B porque esto era el plan B (Por Adrián Simioni)

Cuentas públicas

No hay plan B porque esto era el plan B

06/07/2020 | 16:48 | El transporte urbano en el interior está peor que en el 2001. Todos piden más subsidio. Pero el botón "subsidio" ya no funciona. Pasa igual con los planes sociales y los servicios públicos.

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Como en tantos aspectos, comparamos la crisis del transporte urbano e interurbano con la de 2001. Y claro: en ambos casos los sistemas implosionaron.

Lo muestran las cifras. Hoy, en La Voz del Interior, nuestro colega Diego Marconetti publica los registros históricos para el sistema urbano de Córdoba capital. En 2001 se vendieron en promedio casi 9 millones de boletos al mes. En lo que va de año el promedio ha sido peor: 3,5 millones, agravado porque hubo meses en los que directamente se prohibió viajar por la cuarentena.

El tema es cómo recuperar el sistema. En 2002 se empezó a salir de la crisis y los colectivos volvieron a correr porque se los empezó a subsidiar. Cada vez más. También se fue aumentando la tarifa a los tumbos. Pero en todos los años que siguieron los subisidios, en realidad, no se quitaron. Ni siquiera se racionalizaron. Apenas se hizo un intento parcial a nivel país en los últimos dos años del macrismo.

Como consecuencia, el sistema de subsidios engordó aunque el transporte no mejoró gran cosa. Y lo que habían sido subsidios de emergencia para salir de la crisis se hicieron permanentes. Nunca se quitaron.

Ahora estamos en el fondo de otra crisis. Y todo el mundo pide más subsidios. Pero los subsidios ya se están dando. Es más: se agregó un nuevo subsidio: el no pago de aportes a la Anses (que el gremio “vende” como una redución salarial). Y sin embargo el sistema no puede funcionar. El botón “subsidio” se rompió.

Entonces, todo el mundo está pidiendo un plan B que banque el Estado. Pero no hay plan B, porque esto que funcionó en los últimos 19 años, desde el 2001, ya era el plan B.

Exactamente lo mismo pasa con los planes sociales o con los subsidios a los servicios públicos.

Todos miramos al Estado. Que tire un plan B, decimos. Que subsidie el transporte, que subsidie el ingreso de los hogares, que subsidie la luz, el gas, el agua. Pero todos esos subsidios ya están. Nunca fueron tan altos. Porque en todos los casos ese plan B era lo que ya veníamos aplicando. Durante 19 largos años. La crisis de 2001 ya había terminado. Los expertos se hartaron de recomendar que los precios se sinceraran porque el Estado no iba a poder mantener esos subsidios por siempre e iba a quebrar. Pero la demagogia siempre fue más fuerte. Bueno, ahora ese futuro llegó. Y el Estado ya se recontrafundió. Lo que se necesita es otra cosa. Un plan C. Y nadie se anima a decir en qué consiste.